miércoles, 17 de abril de 2024

¡TENEMOS PORTADA!

Por fin ha llegado el día de mostrar la portada de La lectora de Bécquer. Voy a dejar que os hable ella misma, que os transmita emociones, antes de que llegue el día en el que hablemos de la sinopsis, de la historia que contiene entre sus páginas.

Quiero dar las gracias a las personas que están reaccionando a ella de manera positiva, por los cientos de mensajes que están llegando a mi teléfono desde que la puse visible a primera hora de la mañana de hoy, a los buenos deseos que vienen con ellos y a la inyección de ánimo que esto supone para mí.

DOY LAS GRACIAS POR TENER LECTORES TAN EXTRAORDINARIOS.


OS PRESENTO A ANA CRESPO, LA LECTORA DE BÉCQUER.


sábado, 13 de abril de 2024

DIEZ O QUINCE...

Más o menos son los años y los kilos que me sobran. Los kilos, por supuesto, me preocupan más que los años, porque por ellos me echa la bronca el endocrino cada vez que voy, como si yo estuviera de acuerdo con mi tiroides en lo que le hace a mi cuerpo.

Digo que los años no me preocupan, al fin y al cabo, son experiencia. Cada uno me ha enseñado algo, me ha dejado una huella que forma parte de quien soy ahora, y no querría volver atrás... salvo por un par de detalles. El primero, que mi tiroides no haría de las suyas aún, y pesaría quince kilos menos, y que saldría bien en las fotos sin tener que recurrir a subterfugios.

Odio que me hagan fotos. Nunca he sido ni guapa ni fotogénica, así que, para salir bien en alguna fotografía, se tiene que dar una alineación de planetas. Disparo una tras otra, desespero a quien está al otro lado de la cámara (un fotógrafo profesional, en una presentación, me aseguró que él me iba a sacar guapísima, fue incapaz de hacer una medio buena) y aun así, siempre hay algo que falla.

Pero para eso está Tiktok. Yo no podré adelgazar quince kilos (ni cinco soy capaz, dos como mucho y lo recupero antes de darme cuenta), pero me puedo quitar un par de décadas de un plumazo solo con poner un filtro. Uno de los suaves, por supuesto, con los que se supone que te dejan una cara glamurosa yo parezco Carmen de Mairena en una mala noche.

Así que hoy, después de llenar la tarjeta de la cámara réflex, la buena, la de las fotos profesionales, de tomas que no valen ni para mirarlas de refilón, he decidido poner un filtro y hacerme una foto en el coche. Oye, ni tan mal...

No soy yo del todo, es solo mi juvenil espíritu el que se ve, pero qué más da. Ayer mismo escuché a un señor en Tiktok que decía que las mujeres de más de cincuenta lo tenemos chungo para gustarle a nadie, porque a los hombres de nuestra edad les gustan más jóvenes y los jóvenes ni nos ven. No tengo que estar guapa nada más que para salir en la foto de la solapa de mis libros y, si lo piensas bien, escribo ficción.

¿Por qué no ser también una ficción?


No voy a ser mala, este es mi yo real sin trampas. Llevo hasta la misma ropa.








martes, 9 de abril de 2024

LA LECTORA DE BÉCQUER

Aún no puedo ponerle cara, aunque mi corazón palpite por el deseo de mostrar a esta niña nueva que viene a sumarse a los hijos que he ido pariendo en esta etapa literaria.

Aún no puedo ponerle cara, pero ya puedo ponerle nombre.

Es un bebé que late dentro de mí, que me abraza desde dentro, donde ha crecido orgullosa, rebosante de emociones que baqueteaban mi mente mientras, puntada a puntada, fui cosiéndola.

Se llama LA LECTORA DE BÉCQUER y solo te voy a pedir una cosa: no entres con prejuicios o imaginando tú la historia, no busques en ella mis otras novelas, déjate llevar por las calles por las que se asoma y deja que sea yo quien te cuente. 

Lee y disfruta.

Yo escribo para eso, no tengo ambición de perdurar, solo quiero mecerte en las palabras y llevarte de la mano al sueño.

Y, quizá, si lo he hecho bien, a mi Segovia.




miércoles, 27 de marzo de 2024

UN ADIÓS

El desconsuelo hoy tiene la cara de un día de lluvia y el aliento gélido del viento del norte. Murmura bajito en el alma y huele a flores de despedida temprana.

De las que no debieran hacerse.




martes, 26 de marzo de 2024

DESPEDIDAS

Hay inviernos pespunteados de tristeza, deslucidos y ásperos, cuyos días se balancean entre sabores amargos de despedida y torpes intentos de sonrisa. Se van dejando paso a una primavera marchita, que asoma leve y fría, ordenado a los gélidos vientos del norte que adviertan a nuestros corazones susurrándonos su mensaje: no os fieis de estos días sazonados de lluvia, de este paréntesis suave. 

Todo termina.