domingo, 3 de mayo de 2015

VOLVER A VERTE DE MARC LEVY



Sinopsis:

Arthur, un joven arquitecto californiano, vuelve a Los Ángeles después de pasar una larga temporada en París. Sin embargo, durante todo este tiempo no ha conseguido olvidar a Lauren, el gran amor de su vida que le robó el corazón cuando, a raíz de un accidente, cayó en estado de coma. Gracias a la insistencia y la valentía de Arthur, Lauren siguió viviendo, a pesar de la opinión del doctor y de la madre de desenchufar los aparatos que la mantenían con vida. Éstos, avergonzados, le hicieron jurar que jamás confesaría la verdad a la joven, que no recuerda nada de aquellos meses. Arthur cumple su palabra, desaparece de su vida e intenta olvidarla. Cuando vuelve a Los Ángeles el destino hará que se reencuentren.

Mis impresiones:

Tras la lectura de Ojalá fuera cierto me di cuenta de que no me acordaba de qué era lo que pasaba en la segunda parte, Volver a verte. Recordaba, eso sí, que la había leído y que, además, el ejemplar era mío. Como tenía muy fresca la anterior lectura decidí que era el mejor momento de releerlo, pero mi primera búsqueda por casa fracasó.

Horas después necesité mi manual de gramática. Al cogerlo de la estantería, vi la novela y descubrí la razón por la que no la encontraba: buscaba una edición de bolsillo y no es la que tengo, sino la de tapa dura de Círculo de lectores. Mi biblioteca sigue el orden más caótico del mundo, sé dónde están la mayoría de los libros porque tengo revueltos los clásicos que manejo a diario con novelas actuales y las veo con frecuencia (y porque limpio el polvo), pero creo que convendría un día ponerse en serio con ella y usar la lógica para ordenarlos, con el fin de que estas cosas no me pasen.

Pero ¿por qué estoy releyendo en lugar de disminuir la enorme lista de libros que me esperan?

Esa pregunta me la hice mientras tendía la ropa, justo antes de ponerme a leer. Entre un par de calcetines y una camiseta empecé a analizar los razonamientos que me están empujando estos días a volver a libros que ya tuvieron su oportunidad, y la respuesta apareció justo cuando colgaba las medias de fútbol. Los libros que ya leí, además de la historia que cuentan, a mí me hacen evocar el tiempo en el que cayeron en mis manos. Por alguna razón recuerdo dónde leí algunos párrafos (lo que no cuadra mucho con no acordarme después dónde los dejo, pero mi memoria es así) y lo que sucedía en esos momentos y estos dos libros me recuerdan un tiempo en el que yo era muy, muy feliz. Creo que persigo esa sensación, la busco y releo, por si entre las palabras logro que se cuele algo de esos momentos del pasado y se vengan al presente, a hacerme compañía.

Con la lectura de  Volver a verte he descubierto también por qué no me acordaba de nada. Marc Levy, que en esta novela mejora enormemente como narrador desde Ojalá fuera cierto, escribe con tanto ritmo que sin darte cuenta te estás diciendo todo el rato: un poquito más. Cuando miras el reloj son las tres y media de la madrugada y es cuando te acuerdas de que a las siete y media tienes que volver a abrir los ojos y lo dejas, resignada. Claro que, para entonces, ya ha caído media novela. Supongo que la primera vez que la leí fue eso lo que sucedió, aunque recuerdo haberla leído en mis eternas horas de parque, así que no hubo madrugada, sino que me la merendé de una sentada.

Por eso, y porque estoy segura de que empecé otro libro inmediatamente, no era capaz de recordar qué ocurría. Sin embargo ahora, al leer, he ido evocándolo todo, incluida esa tarde de parque, con los niños correteando por el césped del parque de las piscinas. Nítida, ha venido a la memoria la mesa donde me senté, incluso, para demostrarme que aún sigo teniendo que confiar en mis recuerdos, puedo ver, si cierro los ojos, mi bolso de entonces.

Me estoy dando cuenta de que cada vez hago reseñas menos reseñas, pero como me da lo mismo, tampoco es que las lea mucha gente, voy a seguir en esta línea, que a mí me gusta más.

Sigo.

Esta novela no me ha gustado tanto como la anterior. He leído con la misma fluidez, pero había algo impreciso que no me permitía catalogarla con tan buena puntuación. Al terminar puedo decir que ya sé por qué. Esa poca chispa que decía que notaba entre los personajes en esta se desvanece del todo. Hay un momento en el que el narrador me dice que hacen una pareja perfecta, pero los diálogos entre ambos a mí me llevaban a una sensación muy diferente. No notaba eso que se empeñaba en contarme el lector, sino bastante distancia. Acostumbrada como estoy a lecturas cero, si hubiera hecho la de esta novela, hay unas cuantas páginas a las que habría puesto una nota: revisar. No creo que estén mal escritas, pero son muy frías, cuando la novela está pidiendo justo lo contrario. Es como si hubiera tenido una escritura apresurada, presionada por el éxito de la otra. Avanzas, pasan cosas, pero no las sientes.

En conclusión: no me ha convencido del todo. He escrito este comentario en el blog por si se me vuelve a olvidar.